Cuando hablamos de una API (Application Programming Interface) se trata de un texto de código informático que sirve para que varias aplicaciones se comuniquen entre ellas. Se trata como de una interconexión entre usuarios, únicamente que tratándose de un software.
Cuando hablamos de una API, puede sonar una terminología muy informática, pero es verdad que se emplea habitualmente en el entorno del marketing. Se usa, principalmente, en conexiones de webs con bases de datos, así mostrando información útil y necesaria para los usuarios que navegan por la página web.
Se trata de un proceso de conexión informático. No todas las webs están conectadas ni lo necesitan, sin embargo, cuando se tratan proyectos online grandes, se suele unir páginas web a CRM o ERP. De esta manera se consigue mostrar y almacenar información vital para el funcionamiento del proyecto.
¿Para qué sirve una API?
Principalmente, una API sirve para conectar el código entre varias plataformas diferentes. De esta manera ambas plataformas se alimentan una de la otra.
Hay que tener en cuenta que, sobre todo, muchas API se conectan a bases de datos para almacenar información para la gestión de contactos o mostrar los productos.
Ejemplos de una API
Un ejemplo muy claro y utilizado en la actualidad es el uso de proyectos online de Dropshipping. En este, una página web comercializa productos de un tercero sin almacenar esos productos. Lo más normal es enlazar la página web mediante una API al stock de proveedor y así siempre tener en el momento el número de productos disponibles. Cuando un usuario compra un producto, el proveedor recibe el pedido para llevar a cabo el envío. El dropshipper únicamente se encarga de servir de enlace entre consumidor final y proveedor de servicios. Sería algo así como la API entre estos, un enlace que facilita la labor.