Podríamos definir el branding como el proceso a través del cual se construye una marca en cuestión. Se trata de deslumbrar una ilusión mediante la creación de expectativas que satisfaremos adquiriendo el producto o el servicio de la marca en cuestión. El mercado es extenso y la competencia muy activa por lo que será importarte construir un colectivo de opiniones positivas que se consiguen con acciones positivas. Así, es clave que exista una conexión emocional con las marcas porque las decisiones de compra tienen potentes conexiones con la emoción. Se trata de asociar unos valores a la marca que nutren su personalidad. El branding ofrece el peso y cualidades que tiene la marca en sí para que el cliente pueda conocer los valores y visión que la empresa promulga y que le sirva para diferenciar su compra.
¿Para qué sirve el branding?
Diferenciar nuestra marca en el mercado es uno de los aspectos fundamentales de un buen branding. Se trata de que nuestra marca tenga una buena identidad y sea coherente con los valores que tenemos y que queremos resaltar. Se puede ver de muchas formas: con el logotipo, la tipografía utilizada, los colores corporativos, el mensaje dado en el slogan o copy de una campaña publicitaria, etc.
En el branding debemos ser capaces de responder a las preguntas ¿Quiénes somos? O ¿Cómo nos siente nuestro público? ¿Cómo queremos que nos vea? Y una pregunta que consideramos de especial importancia sería ¿Dónde queremos llegar?. Dado que la respuesta a estas preguntas significa una repercusión importante de estas acciones, es importante dejarse guiar por expertos en el tema.
Existen diversas agencias y consultorías especializadas en este ámbito estratégico, ya que está siendo una herramienta de posicionamiento fundamental en la actualidad ante un público abrumado por tantas marcas existentes en el mercado.
Ejemplo de branding
Podemos hablar de varios ejemplos de éxito de un buen branding.
Por ejemplo, Coca-Cola es un verdadero experto en vendernos felicidad. Tal es su relevancia que está presente en más de 200 países y el 94% de la población puede reconocerla desde hace más de cien años. Siempre se ha relacionado su sabor con una sensación de bienestar. De hecho, The Coca-Cola Company, originaria de Estados Unidos, posee su propio Instituto de la Felicidad.
Dove es una marca de jabón que deslumbra el concepto de belleza real y natural. Sus anuncios siempre vienen protagonizados por mujeres reales de todos los tamaños, razas, edades y condiciones. Se trata de mostrar más empatía que el resto de marcas del sector, las cuales utilizan a una modelo de belleza perfecta e inalcanzable para mostrar el producto.
Finalmente, el concepto de Starbucks. La multinacional vende un modelo de tomar café único y diferenciador. Ya no es tanto una focalización en el producto en sí sino la mejor experiencia en una cafetería. Un ambiente joven, profesional, amigable y como para sus clientes es el modelo de éxito de la marca. Contar con WiFi gratuito en todas sus instalaciones fue una de las tácticas comerciales más novedosas cuando surgió.
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