Qué es un hosting supone una pregunta recurrente para quienes no se han iniciado en el mundo de la informática. De hecho, millones de personas lo utilizan e ignoran en qué consiste este servicio.
Por otro lado, del buen conocimiento de sus características por parte de quienes lo contratan dependerán la calidad de la navegación y su consiguiente beneficio para quienes lo exploten. Así que, a continuación, desgranamos las claves de este término, también conocido como alojamiento web.
¿En qué consiste el hosting?
Hosting es una palabra inglesa que, en castellano, significa alojamiento. Por lo tanto, no cuesta deducir que se trata del espacio, en el marco de Internet, en el cual se hospedará un sitio web o una página. Una página a la que, por otra parte, accederemos desde un dominio concreto. Nos referimos, en este caso, a la dirección que escribimos en la barra de navegación.
Pero el hosting web no existe en el vacío, sino que está respaldado por un sofisticado aparato físico. Uno o más de estos tienen como soporte un servidor, que constituye una especie de ordenador de grandes dimensiones y recursos significativos. Entre ellos, destacamos la memoria, el ancho de banda o el espacio del disco duro. Tengamos en cuenta que, de la calidad de este servidor, dependerá el funcionamiento en condiciones de los distintos hostings que puedan hospedarse en él.
Por lo tanto, entendemos ya qué es el alojamiento web. Básicamente es el alquiler de una parte de este servidor en el cual tendremos alojado tanto nuestro dominio como los datos y servicios que contratemos. Por tanto, debemos ser cautelosos a la hora de elegir nuestro servidor, ya que será también el responsable de velar por la seguridad de nuestros datos y archivos. La función del ordenador en el cual están alojados tus datos, es la de transferir los archivos necesarios al cliente que consulta tu URL o página web.
¿Qué tipos de hosting web existen?
Al igual que en un alquiler tradicional, en los servicios de alojamientos web podemos encontrar diversas formas o fórmulas de alojamiento. Hagamos un símil sencillo de entender. Pensemos en un servicio de guardamuebles o alquiler de trasteros. En estos, disponemos de diferentes trasteros tanto en tamaño, como en servicios añadidos o elementos de seguridad. A continuación, en las siguientes líneas repasamos las diferentes clases de estos alojamientos por las que podemos optar.
Shared hosting o alojamiento compartido
Como su propio nombre indica, está constituido por diversos alojamientos web que comparten un mismo servidor. Los datos de cada uno de ellos son privados y no se deben entremeter unos en el espacio de otros, pero sí comparten el espacio de disco o la capacidad de procesamiento. Es la opción más económica y cómoda, ya que el proveedor se ocupa del mantenimiento. Sus recursos son más escasos que los de otras alternativas que analizaremos.
Si pensamos en el mundo de los trasteros, es como si compartimentásemos un gran espacio de almacenaje en el cual diversas personas depositasen sus enseres, pero compartiendo espacio. Por ello, la capacidad física de interacción se ve disminuida, ya que al querer entrar mucha gente en estas webs, estas pueden verse afectadas en rendimiento.
Servidor dedicado
Se asigna un servidor para un único alojamiento web, lo que encarece el producto. Todos los recursos del servidor, por tanto, podrán ser aprovechados en exclusiva. Este tipo de servidor ofrece una flexibilidad apabullante, ya que disponemos de espacio y recursos en exclusividad para nuestro sitio web. Puedes elegir software, hardware, elegir el sistema operativo… Una gran cantidad de opciones que, si bien ofrecen muchas posibilidades, también implican tener mayor cantidad de conocimientos técnicos. Es lo más próximo a tener un servidor propio, en nuestra empresa, pero con el punto positivo de disponer de soporte profesional.
Servidor virtual privado o VPS
El hosting, en lugar de a un servidor privado, se asocia a uno virtual (con los recursos de los físicos). Pueden ser, según los gestionen el proveedor o el cliente, administrados o no administrados. Los primeros son más caros (incluso en comparación con los compartidos).
Este tipo de alojamiento es similar al compartido, solo que dentro del espacio físico que disponemos, se genera una partición virtual exclusiva para nosotros. Podemos considerarlo como un modelo híbrido entre estos dos sistemas. Como tal, tiene puntos positivos de uno y de otro, pero también desventajas. Al igual que en el caso inicial, es más barato que disponer de uno dedicado, pero más caro que el compartido. Es escalable, por lo que permite actualizaciones y no depende o se ve afectado por la cantidad de tráfico recibido por el resto de dominios. Por contra, nos encontramos con un servicio que requiere disponer de ciertos conocimientos técnicos y, como hemos dicho, es más caro que el compartido, pero menos que el dedicado.
Elastic sites o servidor elástico
Supone una especie de mezcla de las características del hosting VPS y del compartido. Es más barato que el primero y tiene más potencia que el segundo. Se asigna, dentro del mismo espacio físico, una «partición», un sistema de encapsulado llamado LVE, en el cual cada usuario dispone de un acceso y recursos asignados, a pesar de trabajar dentro de un mismo espacio compartido.
Hosting en la nube o cloud hosting
El hosting está vinculado a una red de servidores interconectados entre sí, por lo que los servicios que le proporcionan tienden a ser ilimitados. Gracias a ello disponemos de una pequeña red de servidores en la cual estarán alojados nuestros archivos. Gracias a esta cantidad de replicados de servidor, conseguimos que, al realizar una petición por parte de un cliente, este sea dirigido a través de uno u otro en función de la ocupación. Es un tipo de servidor que gana clientes cada día, ya que es sencillo de ampliar. Además, implica que el cliente no tiene tiempo de inactividad o este es muy bajo, ya que se asignan recursos según las peticiones recibidas. Por otro lado y, desde el punto de vista de la seguridad, las posibles fallas no afectan a tu sitio web.
¿En qué tenemos que basarnos al contratar un hosting?
Aunque resulte una obviedad, en las necesidades del servicio que pretendemos prestar con este hospedaje, que pueden ser las siguientes:
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- Una web nueva y de poco recorrido: vale la pena remitirse a proveedores, como WordPress, gratuitos.
- Una página que empezará con pocas visitas: elijamos un paquete básico.
- Un site que ya empieza a crecer: optemos, en este caso, por el paquete de prestaciones intermedio.
- Un negocio en Internet que recibe una cantidad significativa de visitas: el paquete avanzado es una alternativa, pero también interesa fijarse en la potencia que nos puede proporcionar un hosting VPS.
- Cuando una página web recibe un número extraordinario de visitas: el VPS sería lo mínimo que recomendamos y el cloud hosting se revelaría como una opción a tener en cuenta.
En definitiva, ahora que ya sabemos qué es un hosting, escojamos uno en función de los impactos y objetivos de nuestro website.