El proyecto comenzó con una charla con el cliente para entender quiénes son, qué servicios ofrecen y qué necesitan transmitir: elegancia, profesionalismo y discreción. Se definieron como objetivos principales que la web refleje su confianza, sea sencilla de usar y muestre su experiencia sin estridencias visuales.

En lugar de centrarse en una estructura compleja, se optó por un diseño funcional y equilibrado, donde cada elemento tuviera un propósito claro. Se organizaron los contenidos de forma directa, priorizando la claridad en los textos, la armonía visual y la facilidad de navegación. El objetivo fue crear un espacio digital limpio, donde la información hablara por sí sola sin necesidad de adornos excesivos.

Durante la fase de diseño web, se apostó por una estética discreta: imágenes seleccionadas con suavidad, iconografía mínima y un estilo sobrio que transmitiera profesionalidad sin distraer. El objetivo fue que la presencia online de Cavalmar respire confianza, competencia y refinamiento.

Al construir el sitio, se cuidó que la interfaz fuera limpia, rápida en carga y funcional tanto en móviles como en escritorios. Se incluyeron formularios de contacto simples y navegación directa, para que quien visite la web encuentre lo que busca sin perderse en detalles innecesarios.

Finalmente, antes de lanzar, se realizaron pruebas para garantizar que todo se viera coherente en todos los dispositivos y navegadores. Se implementó mantenimiento para asegurar que el sitio se mantenga pulcro, seguro y alineado con la imagen de serenidad y calidad que Cavalmar quería proyectar.