El concepto de arquitectura de la información fue definido por primera vez por Richard Saul Wurman en 1975. “El estudio de la organización de la información con el objetivo de permitir al usuario encontrar su vía de navegación hacia el conocimiento y la comprensión de la información”.
En 1998, Morville y Rosenfeld, definen que “El arquitecto de información es la persona que debe identificar la misión (los objetivos) y la visión (las expectativas de los usuarios) de la página web. Debe determinar los contenidos y funcionalidades de la página, facilitar el acceso mediante sistemas de organización, etiquetado, navegación y búsqueda y planificar en previsión de futuras modificaciones y crecimiento de la página”.
En la actualidad, tal y como lo define el Instituto de Arquitectura de la Información, “La arquitectura de la información es la práctica de decidir cómo organizar las partes de algo para que sea comprensible”. Básicamente, podemos decir que esta disciplina tiene el objetivo de ayudar a las personas a encontrar lo que buscan y aclarar el contexto en el que el usuario se encuentra. Si esto lo trasladamos a la era del mundo digital, la arquitectura de la información también se adapta a softwares, apps, sitios, blogs, etc. De tal modo, es importante que estas herramientas cuenten con información en una estructura fácilmente comprensible, de lógica simple y que tenga en mente las posibilidades de interacción.
¿Función de la arquitectura de la información?
Hilado con su concepto, la arquitectura de la información tiene una función vital para que empresarios y responsables de la estrategia de marketing permitan que sus usuarios puedan responder de forma rápida a estas preguntas sobre su web: ¿Qué es esto?, ¿Qué tienen por aquí?, ¿Qué puedo hacer aquí? Y ¿Por qué debo estar aquí y no en otro sitio?. En definitiva, posibilita el desarrollo de productos y servicios orientados a ofrecer calidad tanto en la navegación como en la usabilidad.
Así, la arquitectura de la información tiene 3 ejes básicos: el contenido, los usuarios y el contexto. Siendo de esta manera, para que la arquitectura de la información sea de hecho útil, es necesario desarrollar un contenido con atención a los usuarios y al contexto en que ellos, la empresa y el proyecto se encuentran.
Esto tiene que ver con la experiencia de navegación del usuario. Este deberá ser capaz de responder a las preguntas anteriores de forma rápida, clara y sencilla. Sabemos que un cliente potencial basa su navegabilidad en una página web durante los primeros segundos en los que se sumerge en la misma. Mientras sea complicado navegar por ella, la consecuencia será clara: abandonar el sitio web, y lo que es peor, ofrecer un mal feedback sobre la web.
Ejemplo de arquitectura de la información
Con base en los conceptos anteriores, la función de un arquitecto de información será organizar grandes cantidades de contenidos de manera sencilla y atractiva para el usuario para que sea fácil navegar por ellos de forma fácil y satisfacer sus necesidades de información. En otras palabras, organizar el desorden, hacer recuperable, localizable o accesible la información (‘findability’).
